El «Hombre supremo sobre la tierra»
Corría el año 1211, el hasta entonces emperador más poderoso de China Wanyan Yongji, de la dinastía Jin, fue alertado de que un ejército mongol había penetrado rodeando la Gran Muralla y se dirigía a la capital de Zhongdu (actual Beijing). Reunió a sus consejeros que le advirtieron de que debía dedicar todos sus esfuerzos en aplacar esta terrible amenaza que asolaba su reino. Osado, temerario, ingenuo, soberbio e inoperante, al emperador Wanyan Yongji no se le ocurrió otra cosa que enviar una misiva a ese señor de la guerra, que osaba distraerle de sus plácidas tareas de palacio:
«Nuestro reino es tan grande como el mar y con más soldados de los que la vista de un águila puede llegar a alcanzar, vosotros en cambio, pastores de cabras, procedéis de llanuras estériles e inhóspitas, ¿que temor podéis causarnos?, retiraros, regresad a vuestra arenosa tierra o seréis aniquilados»
La soberbia de Wanyan Yongji trataba de transmitir seguridad y confianza a sus consejeros y generales. En ese momento la dinastía Jin que gobernaba en el norte de China, era con toda seguridad el estado más rico y poderoso del mundo. Su ejército disponía de los mejores ingenieros, los cuales le dotaron de los últimos avances tecnológicos, armas avanzadas, potentes, mejoradas y desarrolladas como eran las catapultas, escorpiones, ballestas de repetición, y lo más novedoso, dominaban el uso de la pólvora.

Territorio conquistado a la muerte de Genghis Khan en 1227 d.c.
Territorio conquistado por sus descendientes en 1279 d.c.
Pero queda claro que subestimaba a su enemigo, el señor de la guerra que encabezaba esta incursión era Temujin, rebautizado por su pueblo en 1206 como Gengis Kan, que significa «hombre supremo sobre la tierra», después de haber unificado con puño de hierro a todas las tribus de las estepas de Mongolia, tras una serie de sangrientas guerras. Gengis Kan no tardaría en mostrar a Wanyan Yongji una nueva forma de hacer la guerra, sus guerreros no eran simples pastores nómadas, los guerreros mongoles de de los que ya hablemos en el artículo «Guerreros Mongoles, forjadores de un imperio», eran experimentados, curtidos en multitud de batallas, «el mundo no estaba preparado para esto», esta es la afirmación que debió hacerse el emperador Wanyan Yongji, cuando las hordas de Gengis Kan se presentaron en 1214 a las puertas de la capital Zhongdu.

El Imperio que creó Gengis Kan abarcaba 20 millones de Km², es considerado uno de los mayores líderes militares de la historia, incluso considerado el más grande, por encima de personajes que ya hemos tratado en los siguientes enlaces como Alejandro Magno, Julio César o Aníbal. Su imperio se extendía desde el Mar de Japón hasta Hungría, cinco veces más grande que el Imperio Romano y el de Alejandro Magno.
Contenido
La dura infancia de Temujin
Nació en algún momento de 1162, era hijo de un jefe tribal llamado Yesugei. La obra literaria «Historia secreta de los mongoles» es una obra épica del año 1228 escrita en lengua mongol, narra el ascenso al poder de Gengis Kan, en ella encontramos una leyenda que dice que Temujin nació con un coágulo de sangre que apretaba con su puño, según el chamán de la tribu, señal de que sería un gran guerrero.

Pero este presagio sería algo difícil de cumplir para Temujin, su padre murió envenenado por unos tártaros con los que se cruzó y que en señal de buena fe le ofrecieron una bebida envenenada. Su situación no hizo más que agravarse, su familia perdió su estatus en la tribu por intereses de clanes rivales que aspiraban a liderar su tribu, siendo expulsados. Junto a su madre y sus seis hermanos tuvieron que subsistir como podían en la estepa, sin amigos, sin ganado, solo se alimentaban de lo que ofrecían las áridas estepas. Siempre en constante movimiento por temor a ser asesinados por algún clan que temía que cualquier día reclamasen su lugar legítimo en la tribu.
El despertar del futuro Gran Kan
Temujin era consciente de que el destino le deparaba metas más altas, decidió comenzar su dura escalada para alcanzar el lugar que creía le correspondía. A los 16 años su primer paso fue casarse con una joven llamada Borte de la tribu Olkhound, boda que concertó su padre cuando Temujin tenía 7 años, pertenecía a un importante clan dentro de su tribu. Un día mientras Temujin se encontraba ausente, su esposa Borte fue secuestrada por unos jinetes de la tribu Merkit. Los raptos de mujeres en las estepas de Mongolia era algo habitual, la propia madre de Temujin, Hoelun fue secuestrada por su padre Yesugei.
Temujin se encontraba completamente afligido y ansioso por recuperar a su esposa y vengarse, pero no podía hacerlo solo.
«Un hombre que ansía el poder, necesita amigos con poder»
Gengis Kan…»Historia secreta de los mongoles»
Para lograr rescatar a su esposa pidió ayuda a Toghrul, kan de los keraítas y hermano de sangre por juramento de su padre Yesugei, algo que el propio Temujin le recordó. También resulta que Toghrul pasó su infancia raptado por los Merkit hasta que fue rescatado, por lo que su odio a esta tribu venía de lejos, esta fue una buena excusa para ayudar a Temujin ofreciéndole una buena cantidad de guerreros. A su causa también se unió su hermano de sangre por juramento, un líder llamado Jamukha de la tribu Jadaran. Juntos aniquilaron el poblado de los merkitas y liberaron a su esposa, mataron a todos los hombres, se repartieron a las mujeres y los niños pasaron a ser esclavos, además de repartirse el suculento botín obtenido.

Temujin se granjeó nuevos seguidores de algunos clanes que decidieron seguirle, le eligieron líder e iban a formar un nuevo poblado. La meritocracia de Temujin iba en aumento, lo que despertó la inquietud de su viejo amigo y hermano de sangre Jamukha, que temía que pudiera rivalizar con él y decidió poner fin a su escalada antes de que se hiciera más poderoso. Atacó y asesinó a la mayoría de sus seguidores en 1201, se cuenta que hirvió en calderos a muchos de los guerreros de Temujin.

La guerra con Jamukha era total, tuvo que huir durante años, pero con el tiempo fue ganando nuevos aliados, sobre todo la tribu de los keraítas y creó una coalición capaz de hacer frente a Jamukha que formaba una coalición aún más poderosa. Terminó por imponerse y le derrotó definitivamente en 1206, Jamukha no aceptó el perdón que Temujin le ofrecía:
«Como hay un solo sol en el cielo solo puede haber un Señor en la Tierra»
Respuesta de Jamukha a la oferta de perdón de Temujin
Jamukha le pidió a Temujin que le diera una muerte noble, sin sangre, hizo que le rompieran la espalda hasta matarlo. Tras esto todas las tribus de Mongolia se unieron bajo su mando, pasando a llamarse Gengis Kan.
El comienzo de la expansión del Imperio Mongol
El primer objetivo fue el Imperio Tangut, al noroeste de China. En 1211 comenzó la invasión, arrasó ciudades, quemó todo a su paso, se cometieron asesinatos en masa, el objetivo era infundir el máximo terror como aviso a navegantes, Gengis Kan era un maestro de la guerra psicológica. El Imperio Tangut desapareció de repente de la faz de la tierra. Su desconocida manera de hacer la guerra fue la clave de su éxito, hábiles y rápidos jinetes adiestrados en el tiro con arco, precisos guerreros que montaban a caballo desde la infancia, vivían sobre él.

El tipo de trote de los caballos mongoles minimizaba el cansancio y les permitía recorrer grandes distancias en un corto periodo de tiempo. Practicaban la táctica de la retirada fingida, algo que no concebían los chinos, para ellos una retirada solo se realizaba en caso de derrota, por lo que caían una y otra vez en esta trampa. La táctica consistía en atacar con una cantidad mínima de jinetes, haciendo creer al enemigo que esto era lo mejor que podían ofrecer, lanzaban sus flechas de lejos y emprendían la huida siendo perseguidos, hasta llegar al punto donde se encontraba el grueso de la caballería, dar la vuelta y atacar a un enemigo sorprendido con su formación completamente rota.

El ejército de Gengis Kan también estaba abierto a las nuevas ideas, fue incorporando a los ingenieros y expertos militares capturados incorporándolos a sus tropas para que aportaran sus avances tecnológicos, sobre todo en armas de asedio y dominio de la pólvora a cambio de conservar la vida.
Gengis Kan a las puertas de Zhongdu, la capital de los Jin
En 1214 Gengis Kan se encontraba a las puertas de Zhongdu capital de los Jin. La triple muralla de Zhongdu tenía 12 metros de altura y 26 Km de longitud, sobre sus almenas se apostaban miles de arqueros y humeantes calderos que hervían alquitrán continuamente. Algo bastante intimidante como para lanzar a sus tropas contra las murallas, eran infranqueables.

Era más factible un asedio prolongado, cortarle los suministros y esperar a que les abrieran las puertas. El asedio se prolongó durante meses, incluso llegaron a sacrificar a una de cada diez personas para comérsela. En el verano de 1215 abrieron las puertas con la esperanza de que los mongoles se apiadaran de ellos, algo que no sucedió. Aniquilaron a toda la población, durante un mes saquearon, violaron y quemaron todo. Gengis Kan, foco de las burlas del emperador Wanyan Yongji, tenía a los Jin de rodillas
El terror se extiende por Asia central
Se estima que 40 millones de personas murieron a causa de las conquistas de Gengis Kan, por hacer un inciso, Persia no logró alcanzar la población que tenía antes de la llegada de los mongoles hasta el año 1900. Las ciudades iban cayendo una tras otra, a las ciudades que no ofrecían resistencia les perdonaba la vida, no sucedía lo mismo con sus bienes y propiedades, las que ofrecían resistencia sencillamente eran exterminadas. Tal crueldad se volvería a vivir 150 años después con el Imperio de Tamerlán, personaje del que ya hablamos en el artículo «Tamerlán y su sanguinario imperio que causó 17 millones de muertes».
Gengis Kan puso temporalmente fin a su expansión al llegar a las fronteras del Imperio Corasmio entre el actual Afganistán e Irak, quería establecer acuerdos comerciales con el goberante Mohamed II de Corasmia, ansiaba tener acceso a la lucrativa Ruta de la Seda. En 2018 envió una gran caravana con emisarios y presentes, con un mensaje:
«Soy el señor de las tierras del sol naciente mientras tú gobiernas las tierras del sol poniente. Concluyamos un tratado firme de amistad y paz”
Mohamed II consideró que no eran más que unos bárbaros que habían osado cruzar sus fronteras, les atacó y mató a todos. Gengis Kan al no recibir noticias de su expedición, decidió mandar a unos emisarios, fueron también capturados y asesinados, salvo dos, que sufrieron la humillación pública recibiendo azotes, afeitaron su barba y les enviaron de vuelta con el mensaje de que no eran bienvenidos.

Al recibir la noticias, Gengis Kan montó en cólera, en pocos meses organizó a su ejército de 200,000 hombres y puso rumbo a Samarcanda, corazón de Corasmia. Gengis Kan les iba a dar una lección que esta región jamás olvidaría. Las mayores atrocidades de las conquistas de los mongoles se cometerían durante esta campaña. En 1220 cruzó el Sir Daria, arrasó y exterminó a la población de las ciudades de Samarcanda y Bujara, en 1221 llegó a la capital Urgench, donde tras tomar la ciudad se dice que a cada soldado mongol de los 50,000 que tomaron la ciudad se les ordenó asesinar a cada uno a diez personas.
«Yo soy el castigo de Dios, si no hubieses cometido grandes pecados, dios no os habría infligido un castigo como el que impuse”.
En 1225 la campaña en Asia central había concluido, para entonces el Imperio Corasmio había dejado de existir y la mitad de su población yacía muerta.
La muerte de Gengis Kan
En el año 1227 Gengis Kan preparaba una nueva campaña de conquista, en esta ocasión contra la dinastía Song en el sur de China, que una vez más dirigiría personalmente. Mientras se dirigía a su objetivo Gengis Kan murió, las causas siguen siendo desconocidas, lo más probable es que cayera enfermo, aunque hay quien afirma que tuvo un accidente con su caballo, harto difícil para un mongol o incluso que fue asesinado por una de sus concubinas.

Su cuerpo fue trasladado a Mongolia y enterrado en algún lugar secreto, hasta el día de hoy no se ha encontrado su tumba. Existe la creencia de que era costumbre que los enterradores fueran sepultados junto a su kan, el chamán les administraba un brebaje envenenado a modo de ritual sin que lo supieran para que les acompañaran en su viaje y nadie supiera jamás la ubicación de la tumba, salvo el chamán encargado de sellar la tumba, a día de hoy nunca se ha encontrado la tumba de un kan de Mongolia.
A su muerte el Imperio se fragmentó en cuatro grandes kanatos que se repartieron entre sus hijos, el Gran Kanato en China y el puesto de Gran Kan al que todos debían obedecer para Odegei, otro kanato sería para Chagatai, Jomchi heredaría los territorios que pasarían a llamarse kanato de la Horda de Oro y Tolui sería kan de Mongolia, en 1256 su nieto Hulagu kan, fundaría el Ilkanato territorio que abarcaba desde Persia hasta Turquía.