¿Sabías que la pérdida de la temperatura óptima de refrigeración o congelación de un alimento lo convierte en potencialmente peligroso para la salud?
La cadena de frío es el control constante de la temperatura del alimento para asegurar su calidad, desde el centro de producción hasta el hogar, pasando por el punto de venta. Lo que se consigue preservando la cadena de frío es reducir la velocidad de las alteraciones que estropean los alimentos y ayuda a ralentizar el crecimiento de los microorganismos responsables de intoxicaciones asociadas al consumo de alimentos. El punto más delicado es el momento de hacer la compra y llevarlo a casa. Por ello hay que tener en cuenta ciertos consejos:
Cómo comprar para mantener la cadena de frío
Para mantener la cadena de frío, es recomendable mantener el siguiente orden de compra:
Productos no alimentarios y alimentos que no necesitan frío (arroz, pasta, cereales, conservas, etc.).
Alimentos frescos: frutas u hortalizas que no procedan de la zona de neveras.
Alimentos refrigerados, procedentes de la zona de neveras.
Alimentos congelados. Es recomendable que uses bolsas isotérmicas para transportar los alimentos, sobre todo congelados más que refrigerados.
Al llegar a casa, tenemos que guardar la compra en el orden inverso en el que compramos, es decir, empezaremos con los congelados y dejaremos para el final los productos no alimentarios.
¿Cómo sé si se ha roto la cadena de frío?
Para detectar si un producto congelado ha roto la cadena de frío puedes comprobar lo siguiente:
Elegir los envases sin escarcha, lo contrario es síntoma de descongelación parcial.
No comprar productos que estén ligeramente descongelados o presenten zonas blandas.
Desechar productos que estén en un bloque apelmazado, es señal de una segunda congelación.
¿Qué hacemos si se rompe la cadena de frío?
Cuando se rompe la cadena de frío, el alimento debe consumirse el mismo día o a lo sumo al día siguiente.
No se deben volver a congelar los alimentos que se hayan descongelado durante el transporte, pues pueden presentar problemas de contaminación microbiológica.
Recuerda: Hacer una compra organizada y llevarla rápidamente a casa puede evitar riesgos a la hora de comer.