¿Sabías que en la Tierra, cada día, ocurren alrededor de 1.000 temblores y 8.000 microtemblores?
Con independencia del lugar, momento o intensidad con que nos pueda sorprender un seísmo, la primera norma es mantener la calma y no dejarse dominar por el miedo. Actuaciones guiadas por el pánico (empujar, gritar, salir corriendo a la calle), sólo complicarán aun más la situación.
Por este motivo, te ofrecemos algunas recomendaciones prácticas que pueden serte muy útiles:
Si estás en el interior de un edificio, no salgas corriendo a la calle. Busca refugio debajo de los dinteles de las puertas o mobiliario sólido, en posición fetal y protegiendo la cabeza con un cojín.
Aléjate de todo objeto que pueda caerte encima (lámparas, estanterías, armarios), así como de ventanas o espejos cuyo cristal pueda estallar y cortarte.
No utilices los ascensores.
Si estás a oscuras, utiliza linternas. Los mecheros o cerillas pueden provocar explosiones o incendios por escapes de gas. Si es posible, cierra el suministro de gas y eléctrico.
Si estás en el exterior, busca sitios abiertos lejos de postes eléctricos, árboles, carteles, etc.
No utilices el vehículo, y si estás en él, acciona las luces de emergencia y detente lentamente en el arcén procurando no bloquear la carretera. No abandones el vehículo durante el terremoto y no estaciones sobre/debajo de un puente.
También podemos tomar algunas medidas preventivas que minimicen los daños humanos y materiales en caso de producirse un seísmo:
Infórmate sobre la intensidad sísmica de tu zona, estudia con tus familiares/compañeros cómo actuar en caso de seísmo.
Revisa y asegura aquellos elementos de la casa/edificio que pueden desprenderse (tejas, toldos, barandillas, etc.).
Mantén en condiciones adecuadas las instalaciones eléctricas, gas, agua y saneamiento.
Presta especial cuidado a la correcta sujeción de muebles o elementos pesados.
Asegura la ubicación de productos tóxicos o inflamables para evitar que se derramen.
Recuerda: Conocer el nivel de peligrosidad de la zona donde vivimos, saber qué es un terremoto y por qué se produce, son aspectos fundamentales para entender las medidas de prevención y autoprotección que se pueden adoptar.